Los personajes de Bendik Kaltenborn (Oslo, 1980) parecen vivir un eterno redescubrimiento de lo que les rodea y de sí mismos. Seres anónimos de clase media, ricachones lúbricos, hombres de negocios, skaters y jubilados se enfrentan al mundo con la inocencia de un niño y demuestran que el absurdo y las contradicciones de nuestra existencia merecen la pena de ser vividos.
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