Considerado por muchos estudiosos del cómic como uno de los mejores dibujantes de historietas del siglo XX español, no son pocos los que hacen extensivo este reconocimiento al ámbito europeo y mundial. Su trazo claro, limpio, esencial, su dominio de la perspectiva, la expresividad, el movimiento, su talento narrativo en la construcción de la secuencia. Su poesía y su humor existencial —surrealista, a veces—, que lo emparentan con sus contemporáneos McManus, Soglow, Hergé, Sempé, Quino...