El Maestro es un ex torero viejo, guarro y rancio, que frecuenta un bar viejo, guarro y rancio, una especie de Cheers a la española, con su propietaria atractiva, su camarilla de fijos con los que comparte momentos de concordia y confianza, amoríos de madurez, visitas al médico, excursiones a la playa… en fin, una sitcom pero en híper realista. Aquí nadie podrá reprochar falta de verosimiltud bajo el manido argumento de que los protagonistas nunca van al baño. “Au contraire, mon ami” aquí se jiña lo que no ha cagado Tintin en 90 años. Pelos escrotales, diarrea, larvas de parásitos humanos, costras purulentas… no sé qué añadir para seducirle y le den al botón de “echar al carro”.