El horizonte es una ilusión, una línea imaginaria que divide lo que vemos en dos partes. Sube, baja, se transforma, siempre en relación con el punto de vista del observador. El horizonte es referencia. Sugiere distancias, coordenadas, nos ubica en un lugar en el mundo. Es eso que vemos a lo lejos y que insinúa una proyección hacia adelante, un punto de llegada. Una distancia que se traduce en tiempo.