El primer libro de Chris Ware ofrece una mirada, ilustrada con candidez, a la vida solitaria y disfuncional de un hombre de a pie (Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo) que, a los 36 años, tiene la oportunidad de conocer a su padre por primera vez. A modo de fábula improvisada, que oscila calculadamente a través de flashbacks yuxtapuestos entre el Chicago de la década de 1890 y el Michigan más provinciano de la década de 1980, se describe la vida de cuatro generaciones de la familia Corrigan, cuatro hombres que comparten el hecho de haber vivido historias similares de rechazo y abandono; historias que parecen desembocar, casi como consecuencia lógica e ineludible, en la desgraciada vida de Jimmy.