La gente suele pensar que todas las personas con autismo son niños, quizás porque en las películas solo vemos niños, en los libros, leemos sobre niños, y son niños los que salen en los periódicos cuando se habla de autismo. No tenemos relatos de vida de los adultos, como si los hubiéramos enviado a un planeta lejos de la tierra. Y la vida de esas personas merece ser contada, como la de cualquier otra. No es una vida fácil; la cantidad de apoyos que necesitan para vivir se diferencia según la cantidad de autonomía y la capacidad de elección que tiene cada uno, pero aunque esa capacidad de elección sea muy poca, es su derecho, como el de cualquier ser humano; es su derecho elegir, aunque sea con unos estrechos márgenes, como quieren vivir su vida y con quién.