Aquí se cuenta la historia de las vanguardias y se explica de dónde vino cada obra (y cómo despareció el urinario), cómo lo que hizo Duchamp se llevó por delante lo que existía y abrió el camino a lo que vino después, y cómo para él arte y vida son una sola cosa. Y si Duchamp lo decía mucho mejor (y por eso aquí lo cuenta él mismo), Olislaeger ha conseguido recrear en imágenes lo que es tan difícil parafrasear. Editado en un curioso formato que al desplegarse se convierte en un friso ilustrado de seis metros de longitud, más que un libro, esta «partida entre mí y yo» es un objeto de coleccionista. Con el que todos somos coleccionistas.