Cerca de 1970, la ciudad de San Francisco y sus alrededores se convirtieron en el epicentro del movimiento underground comix. En aquel ambiente, en el que se promulgaba una nueva manera de hacer historietas y los dibujantes hablaban sin tapujos de sexo, drogas o salud mental, las tiras del Callo, el personaje autobiográfico de Aline Kominsky, brillaban por su fascinante irreverencia. En este volumen están reunidas todas ellas. Por primera vez, el deseo, la relación con el propio cuerpo o las inseguridades del «ser mujer» se trataban de manera cruda y sin filtros. El Callo es descarado y chistoso, autodestructivo y exagerado.