Último sábado de soledad es una hermosa y emotiva pictonovela. En este diminuto tebeo de escasas palabras, un hombre mayor se sienta a la mesa de la cocina, melancólico; los platos se apilan en el fregadero y una cafetera borbotea en el hornillo en una tranquila escena de desesperación existencial: se trata de un viudo que debe visitar la tumba de su esposa. Un tebeo evocador en el que la narración fluye sin esfuerzo de viñeta a viñeta. Elegante, inteligente y conmovedor.