El lector que tenga esta obra en sus manos está ante un libro que va más allá de los muros que delimitaban los patios de la cárcel. No es exagerado afirmar que Elsa Plaza ha escrito una historia de Barcelona a través de la cárcel de Amalia. O, dicho de otro modo, una historia de los mecanismos de intervención dispuestos por el poder (político, económico, eclesiástico…) para controlar, encauzar y reprimir a los y las disidentes y los excluidos y las excluidas en el proceso de implantación y consolidación del capitalismo industrial en la ciudad condal.(…) un colosal trabajo historiográfico que representa, además, un acto de justicia para con los miles de hombres, mujeres y niños y niñas que malvivieron y penaron a la sombra de los muros del antiguo convento de los paúles.