En los años cincuenta del siglo pasado surgió un género musical, el rock, que desde su nacimiento se asoció a la crisis social y de valores en los países más desarrollados de Occidente, sentida de manera particular por los jóvenes. Junto con las experiencias propiciadas por el uso de las drogas y la liberación sexual, el rock mostraba, en palabras del autor, que «había vida más allá del trabajo, fuera del instituto y lejos del sofá frente al televisor».