En castellano decimos despecho porque sentimos como un desgarro insoportable en el pecho que nos parte en dos cuando una relación que tenemos con alguien que amamos se acaba. En la misma situación, un brasileño diría que tiene dor de cotovelo, “dolor de codo”, porque siente como cuando uno se da un golpe en el codo, una molestia fastidiosa y caliente que paraliza pero que es pasajera. En el medio están los Trabajos imprácticos, intentos que hace Catalina para ubicar sus relaciones en el tiempo-espacio, filtrando sus experiencias con el tamiz de la navegación, la astrología, la astronomía y la literatura. “En el centro, nada”, escribe, porque es difícil encontrar una posición desde la que verlo todo de manera imparcial, pero también “todo pasa”, porque a la larga no importa tanto.