Alan Moore, el mayor escritor de novela gráfica y una de las mentes más brillantes de nuestro tiempo, a comienzos de los años noventa, tras declararse mago y en uno de sus momentos más brillantes como artista, creó el Gran Teatro Egipcio de las Maravillas de la Luna y la Serpiente. Bajo este nombre, tuvieron lugar varias poderosas performances, que en realidad eran auténticos actos de magia ceremonial y una exploración por los clásicos temas habituales en su increíble obra (el ocultismo y misterio, el poder del lenguaje, la magia, William Blake, la psicogeografía...)