El guionista de cine Harry Towns se separa poco antes de que el hombre llegue a la luna. Ha pasado de la universidad al ejército y del ejército al matrimonio, así que el vivir solo es algo nuevo para él. Como una especie de Don Draper judío y algo panoli, descubre la revolución sexual de los primeros años setenta, la cocaína, la vida nocturna, la magia de Los Ángeles, la soltería y la culpa que le producen todas estas cosas al enfrentarlas a su imagen algo anticuada de lo que un tipo de cuarenta años con esposa e hijo debería estar haciendo con su vida.