Tan talentosa como ingenua, con apenas veinte años y recién casada, Alison vive en el tranquilo pueblo costero de Bridport, en Dorset, al sur de Inglaterra, donde es moderadamente feliz y también está moderadamente insatisfecha. Un día, en la biblioteca pública, un encuentro casual con un pintor maduro y afamado le hace replantearse su lugar en el mundo y finalmente abandonar las convenciones y sus raíces de clase trabajadora por la trepidante
y exclusiva escena artística del Londres de finales de los ochenta.