Para Nivek, el horizonte termina en las inmediaciones de la mina de coltán donde trabaja. Después de sobrevivir milagrosamente a un derrumbe, este tendrá que emprender un viaje monstruoso, aterrador y sin retorno por las bellas, traicioneras y mágicas tierras de África en un trayecto cuya distancia no se mide en kilómetros, sino en horrores y en vidas humanas.