En enero de 2014 el burgalés barrio de Gamonal protagonizó un estallido social tan inesperado entonces como comprensible y justificado una vez se exponen sus causas. Lo que comenzó como una protesta ante la arbitrariedad de las instituciones públicas se convertiría en un ejemplo de resistencia y en un prolongado pulso al poder. La operación urbanística que desencadenó la revuelta condensa buena parte de los elementos que han marcado, y pretenden seguir marcando, el predador modelo urbanístico, político y económico que ha convertido buena parte de las ciudades y pueblos del Estado en el paraíso de rotondas, bulevares, empresarios del ladrillo y políticos corruptos.