El panorama no puede ser más desalentador: contaminación del aire, el plástico que inunda los mares, calentamiento globalà Y todo por culpa de nuestra ignorancia e insensatez. El ser humano se ha convertido en una especie destructiva, que bien podría recibir el nombre de Matamundos. Sin embargo, este libro no quiere caer en el pesimismo. De la mano del humor, mas sin perder rigor ni ahorrar crudeza, quiere evitar la parálisis que puede generar la enormidad del reto al que nos enfrentamos. Aún estamos a tiempo de cambiar las cosas, pero para ello no podemos quedarnos parados.