Aromada de fábula y con el gancho de la gran literatura, esta arrebatadora novela gráfica basada en Memorias de una vaca, de Bernardo Atxaga, se aleja felizmente de cualquier discurso de superación para hablarnos de las poderosas razones del corazón, de las tinieblas del hombre y del lugar que nos corresponde en este mundo.