El 29 de octubre de 1959 llegaba a los quioscos el primer número de un semanario que revolucionaría la bande dessinée, la mítica revista Pilote.
En el índice de ese primer número no podían faltar dos jóvenes pilotos virtuosos y apasionados, dos pilotos intrépidos siempre dispuestos a correr los riesgos más increíbles para defender el honor de las escarapelas. Los alféreces Tanguy y Laverdure.