Mi abuelo tenía diecinueve años cuando estalló la Guerra Civil. Se encontraba haciendo el servicio militar y le faltaban unas pocas semanas para regresar al pueblo y casarse con su novia, pero en su lugar, tuvo que marchar al frente y luchar con el bando republicano. Yo siempre me había hecho la pregunta de por qué era tan reservado. Hasta que un día encontré una caja: en ella guardaba el diario de su paso por la guerra, donde contaba sus vivencias como miembro de un ejército formado por cientos de adolescentes que tuvieron que enfrentarse a las experiencias más aterradoras...