Walt Whitman, el poeta neoyorquino autor de Hojas de hierba, perdura en la memoria por su alabanza y exaltación de la vida y los sentidos. Sus poemas, orgánicos, sensuales y sensoriales, son una auténtica oda a la naturaleza y al cuerpo propio. Pero Whitman no solo se cantó y se celebró a sí mismo. En plena guerra de Secesión estadounidense (1861-1865), viajó en busca de su hermano e, impactado por la tremenda visión de los soldados heridos, decidió quedarse para cuidar de ellos. Se pasó meses en hospitales de campaña brindándoles compañía, escribiendo cartas para sus familiares y consiguiendo donaciones para los soldados heridos.