En la escuela, aprendimos que el hiperuranio platónico era el lugar celestial donde las cosas del mundo real, imperfectas por definición, existen en su forma más perfecta. No sabemos si efectivamente los jarrones y flores reproducidos en este libro son la versión perfecta de los de este mundo, y nadie podrá nunca demostrar lo contrario, así que tendreis que confiar en nosotros.