Un hombre escribe en Barcelona, y este libro abarca lo que abarca su hora exacta, la hora en que escribe en Barcelona. Quizás antes haya paseado el Raval, haya saludado a unas señoritas, les haya dicho unas monerías, figuradamente. Quizás más tarde haya hecho unos largos, haya comprado el periódico, haya hecho proselitismo taurino, haya sentido el inagotable rumor del susto y del metropolitano, bajo sus pies. Quién sabe si no haya visto una película o seis, se haya enredado, haya dormitado un poco, haya hojeado un libro de dibujitos —con ese «enredado» queremos decir que se ha tocado, que se ha amado lúbricamente…—, por dónde íbamos… Pero ha vuelto.