¿Se puede ser cuqui, gracioso, inquietante y chiquitín a un tiempo? Y no vale decir el hijo de Ortega Cano. Pero sí, claro, a ver, Mi Primer Libro de Ocultismo es todo eso y mucho más. Este libro de Steven Rhodes, aparte de ser pionero en el vacile de la retro nostalgia —copiado hasta la saciedad— , es una potxolada de ejercicio de diseño de realidad ficción. Sus dibujetes se mimetizan a la perfección con los de la década de 1970-80s y explora con humor negro todos los misterios que inquietaban/entretenían a la chavalada de la época