Tras sus crónicas en Shenzhen, Pyongyang, Birmania y Jerusalén, Guy Delisle, con su precisión y delicadeza habituales, emprende un nuevo viaje, esta vez en el tiempo, al corazón de su Quebec natal. Antes de ser un famoso autor de cómic, el estudiante Delisle trabajó tres veranos en una fábrica de papel. A partir de esta experiencia juvenil, elabora un retrato divertido y fresco del mundo del trabajo y rememora la relación con su padre, empleado en la misma fábrica.