Hechiceras, parejas de lobos, cuervos agoreros, aparecidos, ceremonias paganas, vástagos ilegítimos y antiguas supersticiones. Todo cabe en una comunidad rural donde cada pieza es parte de la conjura humana, del cura al tonto de baba pasando por el alcalde, el bruto, la alcahueta y hasta el espantapájaros. Un relato del norte profundo que refrenda el viejo dicho: pueblo pequeño, infierno grande.