«Cuando el aumento del nivel de las aguas fue dado a conocer, prácticamente todos abandonaron la Tierra… Llegué de madrugada. Estaba nublado. Aparqué frente al puerto antiguo. Aparte de un tipo de mediana edad paseando a su perro, allí solo estaban las gaviotas. Era una mañana norteña. Una mañana melancólica pero apacible. Decidí pasear un rato por el centro».