Mediante cartas que se pierden en el camino, canciones escritas en papel de fumar y poemas que derrochan una tristeza infinita, las narraciones de esta gran novela gráfica americana se solapan con los ambientes y paisajes que Tim Lane refleja a la perfección con su afilada tinta. Inspirado en las revistas pulp de los años 50 y el cine negro, el trabajo metódico de Lane invoca una suerte de espíritu que aúna lo mejor de Edward Hopper y de Charles Burns en cada viñeta de esta joya del cómic, convirtiendo cada relato corto en un panegírico de la América agonizante.