Alexey Pajitnov tuvo una idea brillante. En 1984 creó Tetris mientras desarrollaba software para el Gobierno soviético. Cuando eludió el telón de acero, tuvo un éxito inmediato. Nintendo, Atari, Sega y otras desarrolladoras de videojuegos, tanto grandes como pequeñas, querían el Tetris y, en consecuencia, se produjo toda una guerra de ofertas, viajes clandestinos a Moscú, acuerdos a puerta cerrada, malentendidos innumerables y robos descarados.