Muertos que regresan del otro lado, espíritus que se niegan a irse, psicópatas que coleccionan cadáveres, fenómenos paranormales que interrumpen el sueño: el terror tiene muchas formas. Las grandes películas de miedo son aquellas que nos hacen mirar de reojo la puerta, saltar de la cama cuando escuchamos un ruido o asomarnos con desconfianza al interior del armario. Pero, sobre todo, son aquellas que consiguen reflejar los miedos y las ansiedades colectivas.