En Todo bajo el sol, la autora nos sitúa en la costa levantina a principios de los años sesenta para contarnos la historia de una familia que sufre las devastadoras consecuencias del turismo de masas, motor principal del desarrollismo económico en tiempos de Franco. A lo largo de las décadas, vemos cómo el auge del neoliberalismo trunca las esperanzas y los proyectos de los miembros de esta familia, cuyo testimonio nos habla de una época en que los paisajes y su riqueza natural se transformaron para siempre. Sin embargo, hay un lugar que resiste: entre el casco antiguo de las ciudades y los pueblos costeros -convertidos en ciudades de vacaciones-, se extiende la huerta, baluarte de un estilo de vida amenazado por el avance implacable del ladrillo