En doce capítulos cortos, LOTO describe minuciosamente una serie de secuencias que involucran círculos, cuadrados, ángulos en un universo geométrico, casi tipográfico. Estas historias mínimas pero explícitas (caer, cruzar un obstáculo, rodar ...), que pueden leerse como una explosión pop pero también como una cínica burla al Op Art, sigue fiel el lenguaje del cómic, usando sus límites para dotarse de una coherencia necesaria para no perderse en su propia broma.